Anoche me perdí entre la hierba. Algo se fué, se desvaneció.
Dormía. A las cinco de la madrugada me desvelé. Estaba sola. un lugar desconocido. El cuerpo que esperaba encontrar a mi lado no lo estaba. Noto como la respiración se me acelera y se me abren los ojos. Me despierto. Recorro el piso buscándolo. Ni rastro de él. Sigo estando sola. Me tropiezo con una maceta, me hago daño. Enciendo la luz de la sala de estar: botellas, comida, colillas y café encima de la mesa. Algo verdaderamente deprimente. Le deseo la muerte. Busco el teléfono. Lo llamo. No hay respuesta. Era de esperar. Busco su teléfono. No está. Llaves? tampoco. Se ha ido. Pienso en irme. Pienso en quedarme. Debo descansar para poder rendir al día siguiente. Me meto en la cama. Pienso. Maldigo. Me exaspero. Ansia. Ansia. Ansia. No parezco evolucionar de ningún modo. Consigo dormir, o eso creo. Oigo la puerta. Me desvelo. Pasos. Interruptores. Luces. Pasos. Ansia. Carraspeo. Vuelta. Sudor. Rabia. Luz. Cadena. Botella. Suspiro. Alguien se mete debajo de las sabanas. Me roza la piel. Me aparto. Chillo. Déjame en paz. Déjame en paz. Déjame en paz. Duermo en paz.
Louise
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