Se hallaba rodeada de un vapor cálido y brumoso. Tumbada en el suelo enmoquetado de un suave azul, en su inmensa sala de baño, y protegida por los rayos de sol que se cuelan por los grandes ventanales,yacía desnuda. Imaginaba cuántas personas ajenas estarían, en ese momento, tiritando de frío. El humo del fino cigarrillo que sostenía suavemente entre sus dedos, se mezclaba con el vapor formando nubes de unas formas extrañas. Inspirando y expirando suavemente, Grace contemplaba esos sigilosos movimientos mientras sus pensamientos distraídos la llevaban a lugares lejanos.
Con los ojos cerrados imaginaba la gente desnuda, sobre la nieve, bajo la lluvia…gente a la que el viento se lleva cuando los tornados arrasan la ciudad. ¡Qué cruel mente aquella que abrigaba la cabeza recostada en el suelo; que permitía el movimiento a aquel cuerpo ágil y de piel blanquecina, malévolamente seductora; que permitía la toma de decisiones acerca del decorado de su gran mansión, cuando los demás…no tenían nada. Y se restregába por el suelo, cual gata en celo que se desvanece en sus sensaciones que nunca verá saciadas.
Al abrir la puerta Gael encuentra tal seducción agarrándose a los bordes de la bañera que yace en medio de la sala llena de espuma hasta los bordes.
Cierra la puerta sin emitir sonido alguno y camina despacio, manteniendo en equilibrio las copas de champagne burbujeante que sostiene la bandeja plata.
Grace no se inmuta, sumida en sus crueles pensamientos permanece absorta y relajada, esparciendo las gotas de sudor, mezcladas con el vapor, que desprenden sus axilas.
Gael deposita cuidadosamente la bandeja sobre la cómoda blanca, y se acerca a ella. Suavemente le aparta los mechones de pelo que le cubren la cara y descubre sus labios rojos cereza, que permiten entrever una blanca y fría dentadura. Totalmente relajada y estimulada por la presencia de Gael, Grace se estremece y se sacude, como si estuviera tan desesperada que lo que más quisiera sería que acabaran con su vida.
- ¿Qué hacías?, le susurra Gael al oído
- Pensaba en los demás.
- ¿A si?
- Si
- ¿y que és lo que pensabas?
- Pues que hay gente ahí fuera que está desnuda bajo el frío.
- ¿Quieres tomar burbujas bien frías?
- Preferiría bailar a jango reinhart.
- Eso está hecho, me encanta verte bailar. ¿Lo sabes verdad?
- Sí, sí que lo sé.
Gael se acerca al reproductor y acciona el play.
Una música relajante se entremezcla con el vapor. Grace se levanta. Mueve las caderas, se acaricia con los brazos, los eleva, mueve los labios al tararear el ritmo que suena… Gael observa sus movimientos con naturalidad y pasión, hasta que Grace va a parar a sus brazos.
Lou.
Me hace acordar a The Notebook, no se porque, igual hablo del libro. Quizá porque se asemeja a como escribis con el autor, describiendo la pasión como algo hermoso y no tan erótico.
RépondreSupprimerMe encanto!
Decirte que me ha llegado y me ha calado... como ese vapor
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